El uniforme de práctica empleado en el kárate es el keikogi o karategi, compuesto por una chaqueta, pantalones y un cinturón. El karategi se deriva del judogi, dada la influencia de Jigorō Kanō y el judo a principios del siglo XX en las artes marciales japonesas modernas o gendai budo. Actualmente existen dos tipos de karategui para competencia: el de kumite, que es más ligero, y el de katas, más grueso y pesado.
Obi (cinturones)
En general los cinturones son siete, y se empieza con el blanco para los principiantes. Con el aprendizaje progresivo de las técnicas se va subiendo de nivel y va cambiando el color del cinturón. Al blanco le siguen (por orden de menor a mayor), el amarillo, el naranja, el verde, el azul, el marrón y finalmente, el negro. Una vez se es cinturón negro, se sigue aumentando progresivamente en grados (llamados danes). Existe hasta el 10º dan, aunque tradicionalmente era solamente hasta el 5º Dan; esto por varias razones: una es la que se asocia con los 5 anillos de Miyamoto Musashi; algunas escuelas aún mantienen hasta el 5º Dan, generalmente las más tradicionales o que tienen una relación directa con Gichin Funakoshi, tales como por ejemplo Shotokai y Shotokan of America (SKA), ya que según la escala del maestro Funakoshi el grado más alto era el 5º Dan; de hecho, Funakoshi era 5º Dan. No obstante, los cinturones de colores también pueden variar según las escuelas, ya que en algunas escuelas existe también el cinturón morado, alteran el orden de los colores, o quitan alguno de los colores antes nombrados.
Entre estos colores pueden existir otros cinturones que son la mezcla entre el cinturón anterior y el que le sigue. Estos cinturones se nombran diciendo primero el color que corresponde al grado más bajo seguido del cinturón posterior. Estos cinturones intermedios se dan a los alumnos que tienen poca edad (aproximadamente hasta los 13 años) porque aprenden más lentamente y el hecho de poder examinarse de estos cinturones evita su aburrimiento al tener que esperar para pasar de un cinturón a otro. Los cinturones intermedios son los siguientes: blanco-amarillo, amarillo-naranja, naranja-verde, verde-azul y azul-marrón. Después de este último se pasa al marrón y después directamente al negro. Posteriormente, y emulando al Judo, se establecieron los kyus o cinturones de nivel inferior. Estos son equivalentes a los actuales cinturones de color y nombrarlos como kyus sería la actitud correcta, teniendo en cuenta que la numeración es en orden inverso (de décimo a primer kyu).
Los danes o cinturones de nivel superior se representan con el color negro, aunque para grados altos también puede llevarse un cinturón a franjas rojas y blancas, y los 7º Dan también pueden llevar un cinturón rojo. La numeración es ascendente, de primer a décimo dan. Esta numeración varía según la escuela, siendo lo habitual en la actualidad siete grados, pero manteniéndose en algunas escuelas tradicionales, como ya se ha dicho, un sistema de cinco danes.
Parábola
Existe una historia que refleja el sentido del karate. Es una parábola acerca del Do (camino) y un hombre insignificante.
Un karateka preguntaba a su Sensei ( Oh, maestro que ha recorrido el camino): ¿Cuál es la diferencia entre un hombre del Do y un hombre insignificante?
El Sensei respondió: "Cuando el hombre insignificante recibe el cinturón negro primer Dan, corre rápidamente a su casa gritando a todos el hecho. Después de recibir su segundo Dan, escala el techo de su casa, y lo grita a todos. Al obtener el tercer Dan, recorrerá la ciudad contándoselo a cuantas personas encuentre".
El Sensei continuó: "Un hombre del Do que recibe su primer Dan, inclinará su cabeza en señal de gratitud; después de recibir su segundo Dan, inclinará su cabeza y sus hombros; y al llegar al tercer Dan, se inclinará hasta la cintura, y en la calle, caminará junto a la pared, para pasar desapercibido".
Fundamentos filosóficos del Karate Do
El Karate-Do de ahora es un camino de superación personal y como tal hay que despojarse (al menos dentro del Dojo) de los malos pensamientos, acciones y actitudes, de nuestro ego. Pensando siempre en un práctica limpia, honorable y sana.
La práctica del Karate Do no se refiere tan sólo al desarrollo técnico y táctico, al acondicionamiento físico, al estudio de los katas y al combate real o deportivo. También debe ir de la mano del desarrollo viviencial de la parte humana y la parte espiritual, el crecimiento como personas y ciudadanos ejemplares que unidos por el bien común benefician a la sociedad.
Para lograr esto, el Karate Do posee principios y objetivos comunes para el crecimiento de sus alumnos: respeto, justicia, armonía y esfuerzo son los primordiales.
La ética derivada del confucionismo en el Karate-Do posee principios fundamentales que son acordes al código samurai del Bushido, estos son:
- Rectitud: ser capaz de tomar una decisión sin vacilar. Ser justo y objetivo en toda circunstancia
- Coraje: afrontar el reto de tomar decisiones
- Bondad: ser magnánimo, paciente y tolerante
- Cortesía: el respeto y las buenas maneras del comportamiento
- Desprendimiento: actuar desinteresadamente, sin egoísmos y generosamente
- Sinceridad: decir siempre la verdad, defender ésta, y ser fiel a la palabra dada
- Honor: aprecio y defensa de la dignidad propia
- Modestia: no ser soberbio ni vanidoso
- Lealtad: no traicionar a nadie, ni a uno mismo. Ser fiel a las propias convicciones
- Autodominio: tener control sobre los actos, emociones y palabras
- Amistad: entregarse en un todo. Saber compartir y ayudar
- Integridad: tratar a todos por igual, defender los principios, y ser fiel a los compromisos
- Generosidad: dar sin pedir nada a cambio
- Imparcialidad: emitir juicios de acuerdo a la verdad
- Paciencia: es tolerar lo intolerable
- Serenidad: control de los impulsos ante conflictos y dificultades
- Autoconfianza: creer en uno mismo
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