jueves, 1 de octubre de 2009

Bushidō

En la tradición japonesa, el bushidō (武士道?) es un término traducido como "el camino del guerrero".

Es un código ético estricto y particular al que muchos samurái (o bushi) entregaban sus vidas, que exigía lealtad y honor hasta la muerte. Si un samurái fallaba en mantener su honor, podía recobrarlo practicando el seppuku (suicidio ritual). Se dice que desde pequeño, el bushidō era inculcado a los japoneses de la clase dirigente incluso antes de despegarse del pecho de la madre.

Fuentes

Este código moral tiene cinco fuentes principales:

Taoismo

El Taoismo se desarrolló a partir de un sistema filosófico basado en las escrituras de Lao Tsé llamadas Tao Te Ching en el siglo VI a. C. El objetivo fundamental del taoismo es alcanzar la inmortalidad armonizando dos fuerzas antagónicas llamadas Yang y Yin mediante el Tao

Confucianismo

El culto y la adoración a los antepasados y de poderes entre los cuales el Cielo es el más claro procede claramente del confucianismo . Otro elemento de importancia en el confucianismo es el emperador, también llamado el Hijo del Cielo, mediador entre el Cielo y los hombres. La práctica del Ren supone las virtudes de “lealtad” y la “compasión” pudiendo practicar la justicia y los buenos principios, llamados Yi. El hombre que practica las virtudes es un Junzi, un hombre superior lo que se opone a Shunin, los plebeyos pero debe resaltarse que el término se refiere a superioridad moral no vinculado al origen social.

Budismo

El Budismo otorgaba al guerrero un estoicismo pleno y tenaz que acompañaba al samurái hasta los últimos días de su vida. El Bushi acepta la muerte como una realidad ineludible y confía en su carácter como constructor de su destino. En palabras del Príncipe de Mito:

"Cualquiera puede introducirse en lo más reñido de la batalla y morir. Es fácil para un patán, pero para un samurái es verdadera decisión justa en la ecuanimidad, y un verdadero valor saber vivir cuando ha de vivir, y morir cuando ha de morir".

El budismo ofrecía al Bushidō un método de contemplación subyacente a un fenómeno que ponía al guerrero en armonía con el absoluto.

Zen

La rama Zen del Budismo se adapta a las características guerreras del samurái y a su culto al valor lo que se plasma en el haiku:

"Me alegra saber que todo está vacío.

Honor a la espada del enemigo, solo herirá la brisa de la primavera

con el fulgor del relámpago.".

Shintoísmo

Por otro lado, el shintoísmo otorgó al bushidō valores éticos de afinidad y amor por todas las cosas vivas, y una profunda enseñanza de la lealtad con el soberano en su aspecto más tradicional. El shintoísmo creía en la pureza de lo innato, con lo que no había en él cabida para el pecado original. Las obras de Mencio y Confucio eran las principales enseñanzas para los jóvenes samuráis y una interesante pauta de resolución para asuntos mayores.

Wan Yang Ming, uno de los grandes sabios de la filosofía china que más influyó en las mentes de todos los samuráis, sostenía como criterio moral básico que "Hablar y hacer son lo mismo".

El bushidō no tiene dueño en palabras de una única personificación. Ni es objeto de una época. Es el pensamiento de décadas y siglos de hombres que hicieron posible la tenacidad y el coraje de actuar en la batalla, utilizando las herramientas de la honradez y la justicia, el valor y el amor, entre otras cosas. El bushidō noblemente aplicado es un código moral que actualmente en boca de muchos pueden ser palabras deleznables, pero para otros ojos más sentimentales, hoy en día puede constituír valores de nobleza y humanidad.

Siete virtudes

En su forma original, se reconocen en el bushidō siete virtudes asociadas: Rectitud, Coraje, Benevolencia, Respeto, Honestidad, Honor y Lealtad.

  • 義 - Gi - Rectitud (decisiones correctas)

Sé honesto en tus tratos con todos. Defiende la justicia, no existen media justicia ni algo de honradez , sólo existe lo correcto y lo que no lo es consideralo incorrecto.

Nunca temas actuar pero hazlo con inteligencia, reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

Tus actos deben ser en beneficio de todos, ten compasión por los demás y ayuda a sus compañeros en toda oportunidad.

No seas cruel, solo necesitas demostrar tu fuerza si dudas de ella. Se cortés incluso con tus enemigos. Un samurái recibe respeto no sólo por su valor en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.

Toda promesa es un hecho y en ese sentido carece de sentido es solo el enunciado de una actitud.

  • 名誉「名譽 - Meiyo - Honor

Eres el juez de tu honor. Nadie puede ocultarse de sí mismo.

Eres parte de un todo y debes actuar en consecuencia. Los actos de un hombre son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya.

El bushidō en las artes marciales

Al joven samurái se le inculcaban dos artes marciales fundamentales: la esgrima, o Kenjutsu (arte antiguo del que procede el Kendo) y la lucha de manos vacías, entre las que destacaban el denominado Jujutsu y el Yawara-jutsu (uno de los más antiguos artes marciales del Japón, creado por Kamakura Ushogi entre las eras Heian y Fujiwara). Hablar del bushidō implica hacer referencia a los preceptos de la caballería, siendo que por tal razón se agregaran a la formación del samurái el tiro con arco y la equitación. La vida marcial, constituida por este código de vida, también estuvo muy marcada por la literatura, la caligrafía y la pintura.

Personalidades asociadas con el bushidō

Algunos personajes importantes en la creación y desarrollo del bushidō son:

Interpretaciones del bushidō

En el ideario occidental

Occidente ve con romanticismo esta filosofía, así como lo hace con muchas otras nacidas en Oriente (como es el budismo bajo muchas de sus formas y escuelas).

No obstante, muchos maestros de hoy ven el bushidō actual como una forma evolucionada de su original propósito guerrero. En este sentido, el maestro Morihei Ueshiba, también conocido como "O'Sensei", divulgó un nuevo estilo de ver el bushidō donde el combate puede entenderse como una forma de vida armónica a través del aikido o camino de la energía en armonía. En este arte marcial, la filosofía del bushidō se funde con un pensamiento renovado, donde la tolerancia es una estrategia y a la vez una forma complementaria y fluida de combate, la que permite conocer al oponente venciéndolo en su propio terreno y sin causar daño físico, con el consiguiente respeto que puede llegar a significar en la mente de un "enemigo" racional, todo esto sin perder sus características esenciales.

Durante la Segunda Guerra Mundial

Tras el ingreso del Imperio del Japón como potencia beligerante, el gobierno monárquico impulsó la implantación de las férreas doctrinas que se desprenden del bushidō en los diferentes estamentos del Estado y las Fuerzas Armadas, con el fin de dotar a sus diversas instituciones de un espíritu normativo vertical e inflexible que exigiera a sus subordinados los más extremos sacrificios. El trato que las autoridades japonesas brindaron a los prisioneros de guerra enemigos (tanto civiles como militares), es un ejemplo de este tipo de adoctrinamiento, fundado en que una de las cosas que enseña el bushidō es el absoluto desprecio por el enemigo que se rinde, puesto que esto es un deshonor que hace preferible la muerte.

El bushidō fue también la base espiritual para aquellos soldados enlistados en las filas de las unidades kamikaze ("viento divino" en japonés) de la Fuerza Aérea Imperial japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Por esta razón, muchas artes marciales con raíces en el bushidō fueron prohibidas y el Dai Nihon Butokukai fue clausurado durante la ocupación estadounidense tras la guerra.

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